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 Madurez es el nombre del juego. Sebastián Guayasamín asegura haberla alcanzado justo para celebrar su 10º Dakar, el cuarto en la categoría de los SSV, luego de seis ediciones compitiendo en la categoría Autos, en vehículos de distinta cilindrada, desde una unidad Diesel hasta un poderoso Chevrolet V8. Sebastián es sobrino nieto del pintor más importante de la historia de Ecuador, Oswaldo Guayasamín, cuyas obras de arte moderno y sesgo humanista engalanan importantes museos del mundo y los corredores del Aeropuerto Madrid-Barajas. El de Quito hizo el salto a la SSV en 2021 con un Polaris, navegado por Ricardo Torlaschi, y aunque debieron abandonar por problemas mecánicos, completaron el recorrido. En 2022 venían cumpliendo una gran performance, pero en la etapa 10, afectados por polvo en suspensión, sufrieron un vuelco que causó importantes daños a su Can Am. Una vez más, pusieron todo su esfuerzo en las reparaciones y continuaron hasta la rampa final. En el Dakar 2023, el ecuatoriano consiguió su mejor resultado al obtener el P8 entre los vehículos T4, tomándose revancha de la edición anterior, con un ritmo de carrera que le demostró que podía medirse con los mejores. Campeón del Rally Raid Colombiano en 2018, Sebastián viene de competir junto al argentino Fernando Acosta en el Rally de Marruecos, donde consiguió el P1 en la clasificación de puntos del W2RC T4 FIA (P2 en la general detrás de Joao Ferreira). Además, por primera vez en su carrera deportiva, obtuvo una victoria de etapa en la segunda jornada. Su nuevo navegante tiene una destacada trayectoria tanto en el Rally Argentino, como en el campeonato nacional de Cross Country y ha estado presente en 4 ediciones del Dakar, en la categoría Autos, junto a diferentes pilotos, siendo su mejor resultado el P26 de 2018 junto a José Blangino. Sebastián y Fernando tripularán un Can-Am Maverick X3 de FN Speed, la escuadra que dirige Bertrand Marco, con la cual tienen previstas pruebas en terreno saudí los primeros días de enero. Sebastián cree que tiene la madurez y la experiencia para ver el podio como una opción real, mientras Fernando se atreve a soñar con ganar la T4.